El fútbol femenino colombiano sigue escribiendo sus propias crónicas épicas, y esta vez el nombre de Gol 7, la selección de futsal que representó a Colombia, resonó fuerte en el Mundial de Fútbol 7 Femenino 2025, organizado por la Federación Internacional de Fútbol 7 (FIF7).
Inicio vibrante y reto superado
El torneo arrancó el domingo 24 de agosto y se extendió hasta la noche del miércoles 27 de agosto, ofreciendo cuatro días de fútbol explosivo, estrategia y garra.
Aunque los primeros partidos no fueron fáciles, Gol 7 respondió con corazón y personalidad: se repusieron de las dificultades iniciales para encarar la parte decisiva del campeonato con la fuerza de quienes no vinieron solo a participar.
Duelo tras duelo: Argentina como gran rival
El camino en la recta final tuvo sabor a clásico sudamericano: en semifinales, se midieron con el poderoso Atletic de Argentina, un duelo que exigió cada gota de energía y entrega. Y en la final, nuevamente frente a un conjunto argentino esta vez Comodoro, Gol 7 luchó al límite.
Orgullo nacional y visión del cuerpo técnico
No solo los goles hicieron historia: en redes sociales, la Federación Colombiana de Fútbol 7, a través de su cuenta resaltó cómo nuestras jugadoras llevaron en alto la bandera colombiana, escena que será parte del recuerdo y la historia.
Parte de este impulso, fue gracias dirección técnica, liderada por Jonathan Luna, quien al salir hacia Curitiba marcó con claridad: “No venimos solo a participar, venimos por el título”. Palabras que se convirtieron en la filosofía del torneo.
Más que un resultado: un trampolín para el fútbol femenino
Este destacado cuarto puesto no solo es un logro en sí mismo; es testimonio del crecimiento del fútbol femenino colombiano, especialmente en disciplinas emergentes como el fútbol 7. Las jugadoras lograron respeto, admiración y encendieron la ilusión en aficionados y nuevas generaciones.
Aunque no hubo podio final, el balance es inequívoco: sabor a gloria, promesa firme y camino despejado para reivindicarse.
En Curitiba, Gol 7 dejó claro que el futuro del fútbol femenino en Colombia viene cargado de gallardía, corazón y grandes sueños.