El fútbol femenino suma un capítulo histórico y emocionante. La selección femenina afgana de refugiadas disputará por primera vez partidos internacionales, un paso gigante para un grupo de jugadoras que ha encontrado en el balón no solo una pasión, sino también una forma de resistencia, unión y esperanza.
El torneo, que se jugará durante la ventana internacional tipo II de la FIFA, reunirá a cuatro selecciones: Afganistán, Chad, Emiratos Árabes Unidos y Libia. Todas competirán bajo un formato de liguilla, con tres partidos para cada combinado, y el equipo que sume más puntos se quedará con el título.
El estreno de las afganas tendrá un doble valor simbólico: no solo marcará su debut en el ámbito internacional, sino que también representará la voz de miles de mujeres que, desde distintas partes del mundo, siguen luchando por su derecho a jugar y a soñar con el fútbol.
Los Emiratos Árabes Unidos llegan con un proyecto en crecimiento bajo la dirección de la neerlandesa Vera Pauw, una entrenadora de amplia experiencia que buscará consolidar el progreso reciente del país. Mientras tanto, Chad y Libia apuntan a usar este certamen como trampolín para dar el salto a la Clasificación Mundial Femenina.
Más allá de lo deportivo, la competencia encierra un mensaje poderoso: el fútbol es un idioma universal capaz de derribar fronteras y unir culturas. Con transmisión en directo a través de FIFA+, el mundo podrá ser testigo de un torneo que trasciende el resultado para convertirse en símbolo de resistencia y esperanza.
El balón comenzará a rodar, pero el verdadero triunfo ya está escrito: las afganas y sus rivales han demostrado que, con el fútbol, siempre habrá lugar para la lucha, la unión y la esperanza.